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Profesor Andrés Núñez participa como co-editor en libro que ofrece nuevas perspectivas de la Geografía

Viernes, 05 Julio 2019 13:17


AN 19Inevitablemente en el imaginario colectivo la Geografía se relaciona inmediatamente a espacios físicos, inertes, inamovibles que no interactúan con la sociedad y cultura que los rodea. Precisamente de esta concepción de la Geografía busca alejarse el nuevo libro que co-edita nuestro profesor Andrés Núñez, junto con los académicos  Enrique Aliste , Raúl Molina.

(Las) otras geografías en Chile: Perspectivas sociales y enfoques críticos”, de LOM Ediciones, tiene como objetivo distanciarse de la vieja herencia que tiene la disciplina, donde se asume los territorios y paisajes como lugares estáticos y no como lugares con memoria, con expresiones identitarias y culturales, que se relacionan directamente con la sociedad.

Esta publicación fue el resultado de un proceso de tres años recopilando artículos de académicos de distintas disciplinas, como de la Literatura, Antropología, Historia, Sociología, Educación y Filosofía. El profesor Andrés Núñez, señala que “es un punto importante ampliar las temáticas porque esa es una característica de las otras geografías: dialogar e instalarse en esas otras investigaciones”.

Pero, ¿cómo surgió la idea de realizar esta publicación?, el académico explicó que fue gracias a “una conversación informal en un viaje al valle de Tilcara, Argentina, con uno de los coeditores, en que establecimos la necesidad de trabajar un libro que tuviese una perspectiva más crítica de la geografía, y que ayudara a visualizar la diversidad de trabajos que en las últimas décadas se han desarrollado en el ámbito de una geografía social, cultural e histórica”.

Núñez agregó que el propósito del libro fue “juntar a académicos que estuviesen en nuestras líneas de investigación y abrir el abanico a otras geografías que estuviesen tratándose, no solo perspectivas sociales y críticas, sino que también geografía y cine, geografía de la infancia, porque los niños y niñas tiene espacialidad o las mujeres o el habitante común que en su cotidianidad posee una relación directa con la tierra. 



¿De dónde nació el título del libro?

Hay un libro de un geógrafo catalán, Joan Nogue, que se llama “Las otras Geografías”. Cuando yo lo compré hace varios años, aluciné, me encantó y empecé a trabajarlo con los alumnos y las alumnas. Tuve la oportunidad de conocer a Joan Nogue y le hablé sobre la idea de avanzar en algo que tuviese que ver con una mirada más crítica de la geografía y ahí decidimos ponerle “Las otras geografías”, pero en Chile. Le escribí contándole el proyecto y que lo invitaba a escribir el prologo, cosa que hizo. 

La geografía como decimos nosotros en la introducción, en el caso chileno se instaló, especialmente durante la dictadura, en una manera de comprenderse que tuvo que ver con una lógica más positivista y muy anclado a los discursos del poder, se transformó en algo utilitario, necesario para procesos de control territorial, de expansión territorial. Se entendió como algo inerte, muerto, algo netamente físico, que es común entender en el imaginario colectivo.

En paralelo en el mundo y con mayor fuerza en la década de los ochenta y noventa, hubo una mirada que fue saliéndose también de eso y que tuvo que ver más con el énfasis de resaltar una espacialidad que surgía de lo social y desde lo cultural, y no solamente algo que estaba dado, sino que era construido.



¿A quienes pueden favorecer este nueva mirada hacia la geografía? 

Surgen muchos temas que parecían ajenos a la geografía. Nosotros creemos que es posible ampliar las fronteras del conocimiento geográfico, buscando incorporar nuevas temáticas o que hayan estado olvidadas y dónde la geografía sale del laboratorio y se instala en los problemas de la sociedad.  Y desde ese punto de vista, lo que nosotros pretendemos, es que la geografía se vuelva un actor activo,  pero no solamente en los ámbitos del poder, sino también en resaltar y visibilizar precisamente actores subalternos, menores.



¿A quién está dirigido el libro, a académicos, publico en general o estudiantes?

La editorial nos dijo que el lenguaje de este libro es académico, que yo tiendo a asociar a una suerte de temor que podemos tener los académicos de hablar en complejo, para que solo entienda un grupo más cerrado y no los demás, es un proceso que se hace inconsciente. Frente a esa lógica, nos limitamos un poco porque estamos apuntando a un público claramente académico, sin duda a alumnos y alumnas, y a intelectuales interesados en estas materias. 



Cuando uno dice “geografía” el imaginario colectivo lo relaciona inmediatamente con la geografía física ¿Cómo cambiar ese pensamiento?

Que ese saber se haya instalado tiene que ver con la construcción de una manera, de un modo de comprender “lo geográfico”. Desde mi punto de vista, hay que replantearse algunas preguntas para generar nuevas perspectivas y nuevos modos de comprensión de que es o no “geográfico”. 

Imagino que son procesos que van a ir madurando, así como hoy día muchos de los alumnos y alumnas están más inquietos respecto a muchas temáticas que antes estaban anuladas, geografía y género por ejemplo o la geografía feminista que hace 5 años ni se hablaba, hoy día está instalada. Entonces, creo que son procesos que deberían llevar a madurar en Chile lo que se llamó un “giro cultural” en la geografía, es decir, un proceso de cambio para que se abra a nuevas fronteras de conocimiento.



¿Cómo se puede usar este libro? ¿Cuál es su objetivo?

Hay algunos que siguen creyendo que esto es sociología y no geografía, es parte del proceso. Hay un interés que es estratégico que responde a instalar la discusión en el medio, por un lado. Por otro lado, sí, efectivamente los alumnos pueden tomar estos libros. Tomaron el libro de Jona Nogue en algún momento y vieron que era posible trabajar la geografía desde otras miradas. Uno esperaría descentrar el saber geográfico de un centro del que estuvo anclado por varias décadas. Uno tiene que estar consiente de lo que se conoce y que es posible ser conocido desde otra manera. Este libro es un desafío para descentralizar, para desenmascarar procesos sociales y pensar que el saber geográfico puede tomar distintas vías.